El 3 de diciembre se comenzó a ordeñar centenares de vacas mediante robots en el establecimiento Santa Teresa del grupo Duhau, en Arenaza, provincia de Buenos Aires. Es la primera etapa de un proyecto en el que 6.000 vacas se ordeñarán con 96 robots.
El asesor y gerente Marcos Snyder mostró imágenes en las redes de las vacas ya alojadas en free-stall número 1 y siendo ordeñadas por robots que será 96 en total y ordeñarán alrededor de 6.000 vacas cuando finalice el proceso. Dijo textualmente: “El Galpón 1 del proyecto enciende las luces y comenzó la función! increíble pero se hizo realidad! El acostumbramiento un éxito!”

La estancia Santa Teresa está ubicada en la localidad de Arenaza, partido de Lincoln, provincia de Buenos Aires y pertenece desde hace aproximadamente 100 años a la familia Duhau y se ha enfocado principalmente en la producción de maíz/soja y ordeño de 1.300 vacas lecheras Holstein bajo pastoreo rotacional de pasturas de alfalfa y raigrás en 500 de su área cultivable total de 3.100 hectáreas.
Con el paso de los años y la mejora de la tecnología y la genética, las vacas de Santa Teresa alcanzaron un límite de producción de unos 30 litros por vaca al día, a pesar de recibir una ración muy completa de ensilado de maíz, heno de alfalfa, harina de soja y minerales, además del pastoreo directo. De hecho, su costo de alimentación era comparable al que tendrían las vacas confinadas en un sistema de estabulación seca, donde producirían entre 8 y 10 litros más por vaca al día.
“Sabíamos que esto venía y que había que hacer la inversión, que es mayor que el valor del campo. No es una inversión fácil, ni algo que puedo hacer todos los años, pero lo teníamos planeado hace tiempo. Era un buen momento en el negocio de la leche“, dijo Alberto Duhau, la cara visible del proyecto, en declaraciones al diario La Nación. Agregó que la inversión total va a superar los 50 millones de dólares.
Los robots que ya ordeñan en Santa Teresa son de la marca holandesa Lely. Al respecto Duhau contó que conoció este tipo de sistemas en Estados Unidos, Canadá y Chile, donde pudo ver cómo la tecnología cambiaba el manejo de la lechería. Esta experiencia lo convenció de que la Argentina debía dar ese paso: aumentar la eficiencia, reducir el estrés animal y mejorar la calidad de la leche. Por ejemplo, en el galpón la temperatura baja 5°C.
Argumentos para estabular
Señalan los propietarios de Santa Teresa que en la evolución de su sistema de producción, el potencial ahorro en costos de alimentación del pastoreo se perdió debido al deterioro del alimento; la posibilidad de una mayor producción de leche se vio limitada por el entorno poco ideal para las vacas lecheras, expuestas al sol y a caminos fangosos; y los costos de mano de obra eran elevados debido a la falta de automatización. Además de los problemas económicos, la mano de obra para operar los establos de espina de pescado se estaba volviendo inestable, escasa y costosa en la zona.
A medida que se evaluaban las opciones, los Duhau determinaron que con el confinamiento de por vida en una instalación de establo seco con un sistema de ordeño rotatorio, podrían aumentar 8 litros por día por vaca debido a la mayor comodidad, mejor alimentación, menor exposición al calor excesivo, menor pérdida de energía en el tránsito, menor interacción con humanos bulliciosos y en general mejor salud y tasa de conversión de las vacas lecheras.
Esto podría lograrse sin aumentar los costos de alimentación debido a un menor deterioro del alimento, pero sin disminuir los costos de mano de obra, que se mantenían y se mantenían en torno al 9% de los ingresos. Sin embargo, con un sistema de ordeño robótico Lely de flujo libre, esa cifra podría aumentar de 11 a 12 litros por día, alcanzando los 40-41 litros por día, nuevamente sin aumentar los costos de alimentación y, además, reduciendo los costos de mano de obra entre un 7% y un 5% de los ingresos, según la escala. Además, 500 hectáreas de pastos rotativos podrían reasignarse a la producción de maíz y soja.
El problema era que los Duhau debían invertir unos 8.000 dólares estadounidenses por vaca lechera en infraestructura para un sistema de producción lechera robotizado de última generación con estabulación libre. Como la escala les convenía, decidieron dedicar las 3.100 hectáreas de tierra cultivable al ensilado de maíz, trigo y raigrás para la explotación lechera. De esta manera, podrán mantener hasta 6000 vacas lecheras en 96 robots, 1.000 vacas secas y unas 8.000 vacas lactantes durante todo el año en la granja. De todos modos, en un comunicado que la compañía publicó tiempo atrás, se apunta que “siendo autosuficientes en heno y ensilado, aún hay que comprar maíz, concentrado proteico y minerales en el exterior”.
Con esta gran inversión que equivale aproximadamente al mismo valor de la granja, podrán aumentar seis veces la producción de leche, y tener una operación mucho más rentable y sustentable, donde el 100% del fertilizante provendría del estiércol reciclado recolectado en el sistema de lavado automático y la electricidad se produciría principalmente por paneles solares haciendo la operación aún más sustentable y eficiente.
De esta manera, la granja Santa Teresa probará numerosas tecnologías nuevas destinadas a aumentar el bienestar y la longevidad de los animales, mejorar la sostenibilidad ambiental, mejorar la motivación y la remuneración de los trabajadores, a la vez que genera una mayor rentabilidad para los propietarios.



